Numerosos galeones españoles que transportaban ricos cargamentos fueron víctimas de los arrecifes, de los tornados o los piratas del mar Caribe. El "Nuestra Señora de la Concepción" fue uno de estos barcos. Hundido el 2 de noviembre de 1641, naufragó con un cargamento de oro y plata. Guiados por el famoso buscador de tesoros Remy de Haeven, el comandante Cousteau decide lanzarse a la aventura.